domingo, 11 de septiembre de 2011

Ensordeciendo

Odio necesitar escribir. Lo odio y a la vez me encanta.
Me encanta dejarme llevar, necesitar poner mis dedos sobre las teclas para expresar lo que siento.
Nunca se me han dado bien las palabras. Ni las palabras, ni los gestos. Por eso escribo.
Me ayuda a poner en orden mi cabeza, a entender el constante ruido que generan las idas y venidas de mis ideas. Son hiperactivas y así no hay quien se aclare.
Por el momento, sé que vuelvo a analizarlo todo y es asfixiante. Me agota darle tanta importancia a cualquier pequeño detalle. Cada acción se mete en mi cabeza, alistándose en uno u otro bando para contradecirse en una batalla que aún espera vencedor. Lo peor es que cada lado está mejorando su artillería y hacen cada vez más ruido. Ya no me dejan pensar y me estoy volviendo loca.
Si pudiera solamente conseguir unos tapones que acallaran la jauría o un tratado de paz que dejara la pelea a medias y declarara el empate técnico a falta de un detalle esclarecedor, una acción invencible que se alistara en uno de los bandos llevándole a la victoria final...
Por el momento, me conformo con un poco de música ensordecedora, dicen que si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. Eso es lo que voy a hacer yo, sino me quedo sorda antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario