Me encanta volver a sentirme extraña, necesitar escribir, pensar, darle vueltas a todo. Esos momentos previos en los que saboreas cada pensamiento, cada letra mientras suena de fondo una canción.
He vuelto a cambiar, he vuelto a derrumbar mi muralla y me encanta.
Cada día que pasa me doy cuenta de lo débil que soy y de lo fuerte que eso me hace sentir. No me gusta no necesitar a nadie, no quiero poder vivir sin apoyos, sin gente que te de un abrazo a tiempo, cuando no te apetece o simplemente te haga sonreír.
Cuanto más me doy cuenta de eso, más llena me siento. Soy feliz, a pesar de todos los cambios que han sucedido en mi vida, a pesar de no tener claro qué paso seguir ni quién estará a mi lado. Me sobra con saber que necesito. Un amigo, una madre, un padre, un amante, un compañero...
Toda la vida me he convencido de que necesitar es malo. No puedes necesitar, tienes que aprender a vivir con lo que tienes, valerte por ti misma sin importar lo demás. Crecer, madurar, hacerte a ti misma. No puedes mostrarle a los demás que eres débil o te harán caer.
Ahora me doy cuenta de lo equivocada que estaba
Todos necesitamos algo, alguien. Una palabra que te haga recordar por qué sigues en pie, una mirada que te haga olvidarlo todo, un beso que te quite los sentidos y por un momento te haga sentir viva. Es humano y, por alguna extraña razón, he intentado privarme de ello para no mostrarme débil, lo que, paradójicamente, no me hacía sentir más fuerte, sino simplemente mucho más fría.
Ahora que más vulnerable soy, más débil, es cuando más completa, más feliz y a la vez más fuerte me siento. No soy sólo yo, para hacerme caer tendrás que derrumbar a aquellos que están conmigo. Aquellos que, doy gracias todos los días por ello, han sabido ver más allá de las apariencias o han rascado un poquito de mi debilidad, mi necesidad no expresada con palabras.
Esas personas nunca sabrán lo mucho que me han ayudado a ser como soy, a seguir adelante, porque desgraciadamente, todavía no soy lo suficientemente débil como para hacérselo saber completamente.
Quizá, esta entrada está dedicada a ellos, desde el silencio de mi habitación, desde la verdad de mis pensamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario