Estoy cansada de esperar. Cansada de no avanzar. Es esta estúpida cola que permanece estática e impasible, mientras el resto sigue su camino sin pausa.
Cada vez somos menos y estamos más hartos. Queremos llegar al final, sabér qué es lo que merece tanto la espera, pero nadie nos dice nada. Ya no alcanzo a vislumbrar la gente que empezó con nosotros, hace tiempo que nos dejaron atrás.
El resto avanza mientras nosotros estamos anclados, condenados a observar. Observar cómo la vida pasa, las alegrías vienen y van delante de nuestras narices, las oportunidades aparecen y se esfuman como lo hacen nuestras ilusiones.
Un momento, ¿qué es lo que pone ahí arriba?
Hay 2 carteles, uno encima de cada hilera de personas.
El primero dice "Fila rápida. Salto al vacío sin cuerda" el segundo anuncia "Fila lenta. Prácticas de salto" y añade "Cerrada por falta de monitor"
Vale, por fin lo entiendo todo. Creo que ahí está el problema. Estoy situada en la cola incorrecta y no me había dado cuenta hasta ahora. Nadie puede enseñarte a saltar, eso es algo que se aprende con la práctica. Si esperas que alguien venga a darte el trabajo hecho, que te diga cómo, cuándo y dónde saltar, te quedarás anclada, simplemente haciendo eso: esperar. Esperar algo que nunca va a ocurrir. Ásí que, lánzate. Abalánzate al vacío. Sin cuerda. Sin arnés. Toma riesgos. Un mar azul te espera para que te sumerjas en él.
Piénsalo así. En cualquier caso, lo peor que puede ocurrirte es que choques contra una roca al caer.
Tranquilo, el salto no es mortal, por mucho que sangre tu herida, acabará curándose y haciéndote más fuerte.
Ahora que ya sabes el secreto, cambia de fila y aprovecha tu tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario