Esperanza de que todo acabe como debe acabar.
No sé lo que quiero, lo más importante, pero no hace falta.
Muchos caminos empezados, a medio caminar, pero aún queda asfaltar mucho más y es mucho el trabajo si no sabes cuál.
¿Cuál? Todos comunican, desembocan, pero ¿cuál escoger como el principal?, como el río y sus afluentes.
Difícil cuestión que determinará el resto de tu vida.
De momento contratas más personal que pavimente cada uno de los caminos, caminos que paseas a tus anchas, disfrutas a medias y recorres lentamente.
Llegará el día en que tengas que elegir cuál será el destino de tu vida, cuáles tus prioridades, cuáles tus simples hobbies. El resto de caminos quedarán relegados a segundo plano, como anécdotas que anotar en tu libreta.
No quiero que llegue ese día, quiero disfrutar todas las posibilidades, todas las vistas. Poder elegir qué hacer en cada momento, nada determinante, aunque eso signifique avanzar lentamente y con probabilidades de perderme entre tanta senda.